SUEÑOS Y DISCURSOS (Francisco de Quevedo)
Título completo: "Sueños y discursos de verdades descubridoras de abusos, vicios y engaños en todos los oficios y estados del mundo".
Francisco de Quevedo, uno de los principales símbolos del Siglo de Oro escribió, entre otras, esta obra, que es un ensayo sobre la esencia de las personas, que casi cuatro siglos después tiene bastante vigencia: así de poco evoluciona el ser humano en algunos ámbitos. Hay que tener en cuenta para entender la obra, que estamos hablando del siglo XVII, y pensar en la estratificación de la sociedad de ese momento y cómo de importante era la figura de la Iglesia. Y es que no deja de ser una sátira en la que Quevedo pone del revés a todos los poderes de la época.
Me llama la atención cómo era el formato de las publicaciones, porque al principio el autor se dirige a los editores y otras personas gracias a las cuales su obra va a salir a la luz. También indica que es él quien costea la publicación, y se dirige a los lectores, a los que les dice que no están obligados a leer si no les gusta, como queriendo hacer ver que si su obra es buena, genial y si no, pues tampoco es necesario que le machaquen: con no leerlo, es suficiente.
"Sueños y discursos" está estructurado en cinco partes:
- Sueño del juicio final, en el que habla de cómo de desnudos llegamos al final de la vida. Quevedo satiriza algunos pasajes del Apocalipsis de San Juan, en forma de visiones irónicas sobre el cielo y el infierno.
- El alguacil endemoniado, sobre las maldades que son capaces de cometer las personas, sin importar el ámbito de la vida, sexo, estatus social...
- Sueño del infierno. Habla con los demonios sobre la esencia humana, la falsa piedad por bien propio, el interés para simular generosidad... Las faltas del ser humano, así pasen los siglos, siguen siendo las mismas.
- El mundo por de dentro. Se refleja en este capítulo la diferencia de la visión del mundo que hay entre jóvenes y mayores. A fin de cuentas, toda la vida es igual, en todas las épocas: jóvenes derrochando la vida y mayores afeándoselo. Unido a esto, la hipocresía de la sociedad, en mayor o menor medida, todos aparentamos más de lo que somos, ya sea con el vestir, con hechos, palabras o nombrando situaciones o empleos.
- Sueño de la muerte: sobre la evolución de las costumbres y las formas de ser de las diferentes generaciones. Igual que ahora, los jóvenes de antes pecaban de adanismo al creer que los viejos no sabían de nada. Los mayores, por contra, dicen que los jóvenes forman una generación perdida.
Son interesantes también las conversaciones con Pero Grullo, nos recuerdan que no hay que pensar que todo es lo que parece, porque siempre hay matices que desconocemos.
En general nos habla de las maneras de ser y pensar de la época de Quevedo. Sin embargo, así pasen 400 años, la naturaleza humana permanece inmutable. No está de más leer ensayos como Los sueños y discursos de Quevedo para recordarnos nuestras flaquezas.