UNA DAMA NEOYORQUINA/LA SOLEDAD DE LAS PAREJAS (Dorothy Parker)
Lo que he leído bajo este título es un compendio de relatos cortos que la autora escribió aproximadamente en las décadas de 1920, 1930 y 1940. En la edición que he manejado yo (del extinto Círculo de Lectores), los relatos estaban diferenciados en dos bloques, que se corresponden con los dos títulos del libro. Y la temática es clara en cada una de las secciones. Mientras que la primera derrocha vitalidad, la segunda refleja apatía, tristeza y desgana vital.
Los relatos de la primera parte hablan de muchachas jóvenes, sin ataduras y con ganas de comerse el mundo. Es la época de los locos años 20. Ellas ya no están tan atadas a la familia como la generación anterior, acaban de salir de una guerra y necesitan disfrutar de la vida y de lo bello. Son chicas desinhibidas, solteras y felices de serlo, fumadoras y bebedoras porque quieren hacer lo que hace un hombre, no sólo quedarse en casa fundar una familia.
En la segunda parte, sin embargo, vemos un halo de frustración. Son mujeres casadas, tristes, resentidas, que sienten que el destino las ha traicionado y han caído en los clichés de los que huían antes de casarse. Se encuentran casadas con un perfecto desconocido y, además, la vida que llevan no es ni con mucho la que soñaron. Eso las hace desgraciadas. A pesar de toda la fuerza con la que en la juventud habían hablado del individualismo, cuando ya viven en pareja creen en el amor al más puro estilo tradicional. Así que las historias de esposas engañadas y amantes despechadas son las que se prodigan esta segunda parte.
He leído estos relatos paralelamente al libro “Bridget Jones: sobreviviré”, de Helen Fielding, y escrito unos 80 años después. He podido ver con tristeza que lo que hace 30 años era una “mujer moderna” no andaba muy lejos de lo que nos proponía Parker hace 100 años. Además, las dudas y problemas relacionados con el amor con los que se enfrenta el personaje británico no han cambiado mucho respecto de lo que nos presentaba Dorothy Parker hace casi un siglo.
De alguna manera, aunque todo el libro me ha gustado mucho, “Una dama neoyorkina” lo leí con más ganas y entusiasmo que “La soledad de las parejas”. Quizás por la vitalidad de una parte frente a la tristeza que destila la otra.
Podríamos decir que Dorothy Parker fue una de las llamadas “mujeres nuevas”, al estilo de sus “damas neoyorquinas”. Nació a finales del siglo XIX, estudió periodismo y desde ahí luchó activamente contra el nazismo y en favor de los derechos civiles hasta su fallecimiento en 1967. Tanto es así que llegó a ser acusada de comunista por el FBI.

